Prefiero hacer esto de escribir al terminar la jornada, al final del día donde muchas veces ocurren cosas inesperadas, sin embargo ayer llegué pasada de las doce a mi casa, estuve toda la tarde compartiendo y charlando con mi pana del gym.
Y sin clickbait lo del título es verdad, ayer mientras esperaba sentada en la plaza a plena luz del día un hombre se acercó de forma nerviosa y algo tímida, me trató de preguntar mi edad y nombre, naturalmente expresé en gestos y tono que se me hacía extraño o inusual. No es que esté mal sacar conversación pero, hay formas y formas de presentarse, asimismo uno percibe lo no verbal. Yo confío en mi intuición notablemente, siempre digo "es una reacción visceral y orgánica al percibir alguna potencial amenaza, propia de todo organismo que busca su supervivencia como base intrínseca e innata", notaba que le interesé pero no era hostil ni un peligro, cuando pasa eso prefiero expresar mi extrañeza haciendo saber que soy consciente de lo inusual del hecho y que entreveo intenciones. Él dijo que quería invitarme a salir, con total calma y naturalidad le respondí que no, quedó atónito por mi franqueza y solteza, no me inmuté, simplemente dije "No, porque no quiero" mientras arreglaba mis pestañas con una máscara negra y sin espejo.
Veía que le desconcertaba, o meramente no sabía cómo proceder, no faltó en ningún momento el respeto ni se acercó inapropiadamente, por lo mismo no lo insulté ni actué como normalmente haría cuando me siento acosada. Comprendo que a veces la gente simplemente lo intenta, y está bien, mientras no se falte el respeto y entiendan un "No". Le dije que esperaba a alguien y ya debía irme, porque dicha persona llegó y me estaba esperando, él creyó sería una excusa pero le respondí con sinceridad que efectivamente había quedado con un amigo. Entonces dijo que me ofrecía el equivalente aproximado de 30 dólares para que me quedara hablando con él un rato más, nada más que charlar, le dije que no, que no me vendía, replicó apenado que no quiso insinuar otra cosa y le reafirmé que aún si fuese hablar yo no vendía mi tiempo así, yo hacía lo que quería nada más.
Fue una charla calmada, no me sentí en peligro en ningún momento, probablemente porque era evidente él estaba inseguro y no quería incomodarme pero tampoco sabía cómo captar mi atención o tener una posibilidad.
No es la primera vez que me ofrece un hombre dinero para hablar, salir, tener una cita, incluso uno me ofreció mantenerme. Cuando comenté esto en oficina con mis colegas me miraron con una genuina expresión de alerta, uno me reforzó con delicadeza que me cuide en lo posible. Se supone estas cosas "son raras", pero estoy tan habituada que me parece "normal" el tener que rechazar, pelear, insultar y confrontar día a día, por mí y por los demás. Desde recibir amenazas de muerte y agresión, a correr por mi vida, que intentaran llevarme más de una vez, esquivar grupos grandes, ir con cartonero, cuchillas, gas pimienta, un llavero con alarma y linterna, un silbato en caso de que el llavero esté sin carga. Es mi vida desde siempre, he pasado de sentir miedo a aceptar que debo hacer frente a quienes creen que pueden pasar por encima de mí y recordarles que me deben respetar les guste o no: "Por la razón o la fuerza".
Pero a los demás se les hace de lo más surreal, irreal, como si fuera sacado de una escena de una serie o película poco más. No me malentienda nadie si es que leyera estos fragmentos, yo no normalizo ni considero esté bien nada de esto o que sea apropiado, por lo mismo a viva voz y sin vergüenza me defiendo y pido ayuda si es requerido, pero igualmente socializando con tantas personas y analizando en mayor profundidad intentando entender la lógica de su comportamiento concluyo que hay muchas personas que no saben cómo expresarse, comunicarse, socializar, que se sienten tan poco valiosos o intentan con tal esmero una posibilidad con "aquella chica linda, inteligente, fuerte y trabajadora" que se les pasó de casualidad uno de esos días que hacen lo poco y nada que creen puede funcionar. Uno me dijo una vez con notable pena y disculpa: "Perdón, es que no sé cómo invitar a una chica a salir". Y no lo cuestiono, no conozco una sola persona que sus padres le enseñara a interactuar con otros, la educación es deficiente en general y me parece incuestionable, así que: "¿seré yo quien juzgue y ataque a quien de manera inofensiva y falto de herramientas intentó lo que le fue posible para expresar su interés en mí?", en lo absoluto, no son amenazas, respetan mi respuesta, comprendo es su falencia en habilidades sociales y la falta de autoevaluación para su propio desarrollo.
Que me ofrecieran tal monto por unos minutos de conversación me desconcierta, pero he leído y oído tantos casos de desespero, soledad angustiante, yo misma lloré por años el sentimiento de abandono y no tener a nadie, pero jamás se me ocurriría ofrecer dinero para recibir algo que no es genuino. Sin embargo sé que muchas otras personas no tienen mis posibilidades quizás, suelo recibir pretendientes, intentos de coqueteo, sé que si quisiera un abrazo puedo recibirlo de muchas personas, o hablar, o incluso ir más allá y tener un beso, coito, una relación e incluso un marido. Pero otros no, jamás tuvieron ni una propuesta, una mirada, una cita o el interés de otra persona, sin creerme ni tomar como forma de elevar mi ego soy consciente de los hechos, me entristece tantas personas recurran a ofrecer su dinero con pena y angustia buscando en una compañía algo de consuelo, yo tuve una soledad deliberada, otros tienen una soledad eterna que es como estar envuelto en una oscuridad donde cualquier pequeño brillo les deslumbra, necesitando conservarlo un instante más, aquella belleza, simpatía, dulzura, calidez humana lejana.
No romantizo el acoso, no hablo del acoso, lo de ayer fue inusual y preocupante pero no acoso, y lo digo yo que he gritado a quien sea que mire por demasiado tiempo inapropiadamente a otra persona, soy la que confronta, se pone en medio mirando con enojo, que ante amenazas de agresión respondo que no dejaré me falten el respeto ni a los demás, inculqué a mi hermano el defenderse y defender a otros del acoso, que es inaceptable ser así. Así que insisto, que se tome mi palabra siendo una persona que no minimiza la gravedad de cada transgresión al espacio y la integridad de terceros o propia.
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